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Bajo el mando del Señor Shiva, hace gala de sus grandes poderes al servicio del Señor Rama.

Hanuman aparece por primera vez en el Ramayana, la gran obra épica del sabio Valmiki, a principios del cuarto libro, el Kiskindha-kanda. A lo largo de esa sección juega un papel de poca importancia, el de uno de los cinco emisarios enviado por el rey mono Sugriva para descubrir la identidad e intenciones de Rama y Laksmana. Sin embargo, a finales del Kiskindha, se esclarece que Hamuman no es un personaje sin importancia. Y cuando empezamos a leer el siguiente libro (Sundara-kanda), vemos que Hanuman va dominando el entorno, su velocidad, su fuerza, sabiduría, ánimo y devoción van haciéndose evidentes.

En el Uttara-kanda el sabio Valmiki narra el nacimiento de Hanuman y sus juegos infantiles. En una ocasión, mientras todavía era pequeño, confundió el sol con una fruta. Cuando trató de agarrarlo, el semidiós Indra golpeó a Hanuman y le rompió la mandíbula con un rayo. El compasivo padre de Hanuman, el dios del viento, indujo a los demás dioses para que otorgaran a su hijo bendiciones extraordinarias, lo que le concedió una fuerza física y habilidades sobrenaturales que son sobradamente conocidas. Hanuman, durante su juventud, juguetonamente destruyó los ashramas de los ascetas del bosque, que le maldijeron a que olvidara sus poderes hasta encontrarse con el Señor Rama. Entonces Hanuman recobraría la memoria y utilizaría sus poderes en bien de todos.

Sobre la naturaleza de mono de Hanuman, él era realmente un mono. Valmiki utiliza las palabras kapi, o «de color oscuro», y vanara, un término que originalmente significa «propio del bosque», «animal del bosque», etc., aunque este término pronto se aplicó exclusivamente a los monos. A Hanuman se le identifica tradicionalmente con los langures, Presbytis entellus, una especie que aún hoy se conoce en la India como «el mono Hanuman».

A menudo Hanuman hacía gala de las cualidades típicas de su raza. Como él mismo afirma, Ramayana (5.53.111), no podía parar ni un solo instante (ntyam asthira-citta) ni estar en un lugar fijo (anavasthita). Así y todo, la naturaleza cuadrúmana de Hanuman es un regalo del Señor y cualquier característica que pueda parecer en su descrédito es, en realidad, un arreglo para su servicio al Señor.

Aunque Hanuman tiene el aspecto de un mono, durante la época del Ramayana (Tetra-yuga, hace cientos de miles de años) los monos tenían unas características similares a los humanos. Valmiki lo deja claro cuando habla de su lenguaje, sus vestimentas, funerales, moradas, festivales de consagración, etc. Hanuman y los Vanaras eran, pues, medio humanos medio monos. Además, eran seres semi divinos con considerables poderes. Podían adoptar la forma que desearan, a voluntad, hacerse grandes o pequeños. Contaban con todas las perfecciones yóguicas. Valmiki narra que Hanuman podía saltar por los aires como un ser de poderes superiores.

Mucha gente de la India, impresionada por los poderes asombrosos de Hanuman, le toman por un dios aparte, independiente de Rama. A menudo se le adora como deidad independiente en alguna aldea, como protector contra los fantasmas, enfermedades, etc. Por eso han emergido en la India dos Hanuman distintos: el humilde devoto, como se le conoce originalmente en el Ramayana de Valmiki, y la divinidad independiente, que se adora sin referencias a Sita o Rama.

Pero las Escrituras dejan claro que Hanuman y los Vanaras son devotos, no dioses. A lo largo de todo el Sundara-kanda, especialmente, el Ramayana muestra el estado superior del Señor Rama alabándolo una y otra vez. Hanuman es, claramente, el bhakta o devoto, y Rama es Bhagavan, el Señor. Es la gloria de Hanuman el que sirviera a Rama buscando a Sita, para traerle el mensaje de Rama, arriesgando su vida en manos del malvado Ravana. En verdad, todo el Ramayana ofrece un tributo a su devoción por el Señor Rama.

Otros comentarios posteriores también alaban la devoción de Hanuman, al hablar de los devotos que representan perfectamente las cinco rasas, o relaciones, que se pueden tener con Dios, Sanatana Gosvami, menciona a Hanuman en su Brihad Bhagavatamrita, como ejemplo perfecto de dasya-rasa, o servidumbre. Hanuman es el devoto, el siervo de Dios por excelencia.

Fuente: http://www.amigosdekrishna.com/

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