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¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena?

Imagínese viendo una película a mitad de camino. En la película, un hombre aparentemente inocente está jugando con sus hijos y luego unos policías llaman a su puerta y lo arrestan. Puedes pensar que esto es tan horrible “¿Por qué sucedió esto? ¡No se lo merece! ”Pero habiendo venido mientras la película estaba en progreso, es posible que no haya presenciado lo que ya sucedió. Puede ser que el hombre cometió algún fraude, alguna estafa o conspiró un asesinato.
Entonces, basado en apariencias superficiales, uno podría decir: “Oh, era un padre tan agradable. ¿Por qué tuvo que sufrir tanto? ” Pero hubo cosas que hizo el hombre que lo llevaron a ser arrestado que desconocemos.
De manera similar, en nuestras vidas cuando vemos tanta injusticia y maldad a nuestro alrededor, la mayoría de nosotros nos preguntamos por qué Dios guarda silencio. ¡Por qué yo! ¿Qué hice para merecer esto? ” ¿Y por qué no hace nada al respecto? La mayoría de estas preguntas pueden responderse mediante la ley del karma.

Aunque la gente lo sabe, las complejidades del karma son difíciles de apreciar. La palabra karma es un término sánscrito que significa acción o actividad, pero también transmite que por cada acción hay una reacción. En la física clásica hay una idea similar: por cada acción hay una reacción igual y opuesta. Cualquier cosa que hagamos en el ámbito material crea una reacción. “Así como siembras, así cosecharás.” Los textos sagrados explican que hay una gran cadena de causa y efecto, de acciones y reacciones, y que las complejidades de la acción y la reacción son difíciles de comprender.

En general, la reacción a una buena acción es el disfrute material y la reacción a una actividad pecaminosa es la angustia. Según el registro kármico, no puede ser negro ni blanco sino tener millones de tonos de gris, por lo que todo el mundo sufre una combinación de placer y dolor.

El karma nos encierra así en un ciclo de acción y posterior reacción. Algunas que se tratan y otras que no son como la analogía de la película. Mientras estemos en este ciclo, experimentaremos tanto felicidad como angustia. Incluso si actuamos de manera piadosa, nos destinamos a aceptar otro cuerpo material en la muerte para disfrutar de las reacciones a nuestras buenas acciones materiales. Mientras aceptemos un cuerpo material, no podremos evitar las miserias de la enfermedad, la vejez y la muerte.

Al ver a través del punto de vista espiritual y los principios de la reencarnación, podemos ver la vida con una perspectiva más amplia, no de una vida breve, que no es más que un destello en el tiempo, sino desde el punto de vista de la eternidad. Con esta visión más amplia, podemos entender cómo cada uno de nosotros, las almas individuales, es el único responsable de lo que sucede en nuestra vida.

Fuente: https://www.iskcon.org

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