Perdonar y olvidar por Rashi Parikh

UNA EXPERIENCIA ILUMINADORA

El tráfico a las siete de la tarde era sorprendentemente escaso. Iba de camino a casa. La brisa era refrescante y estaba absorto en mis pensamientos. De repente, un estruendo de bocinas me sacó de mi ensoñación. Me di la vuelta en el asiento trasero de mi coche. Un motociclista, un hombre joven, estaba tratando de adelantarnos. Iba pegado a nuestro coche, pero no podíamos apartarnos de su camino; delante de nosotros, un camión que no podía ir más rápido impedía que los demás pasaran a toda velocidad. Pero el motociclista no dejaba de tocar la bocina. Su insistencia me recordó la frase hallabol, “abalanzarse con toda su fuerza”. Así que, desesperados por hacer que se detuviera, cambiamos de carril y le permitimos pasar. Sin embargo, mientras nos adelantaba, redujo la velocidad de su moto y nos miró con tanta ira que era como si le hubiéramos bloqueado el suministro de oxígeno en lugar de solo la carretera. Mi conductor se negó a reconocer su cara de enojo, lo que solo lo hizo demorarse unos segundos más tratando de obtener una reacción. Estaba concentrado en nosotros y no se dio cuenta del camino que tenía frente a él. De repente, el camión que iba delante de nosotros aminoró la marcha.“¡Krishna!”, grité mientras mi chófer pisaba el freno. El joven se adelantó a toda velocidad, directo al camión. Se desvió hacia la derecha, la moto patinó y casi perdió el equilibrio. “Oh, Dios mío”, oré por él. Cuando nosotros pasamos al camión solo un segundo después, miramos hacia atrás por el espejo retrovisor y vimos que el motociclista se había recuperado. Ahora conducía con sobriedad, aprovechando su segunda oportunidad con concentración y sabiduría. 

OBSTÁCULOS EN LA VIDA

Nuestro camino espiritual a menudo nos lleva a una situación en la que nos encontramos cara a cara con la única cosa o persona a la que consideramos responsable de hacernos retroceder. Incluso después de haber superado el obstáculo, solemos esperar para humillar al “culpable”.Cuando nos ofenden, aunque sea de la forma más pequeña, es posible que nuestros compañeros nos animen a buscar venganza o, al menos, a no perdonar hasta que veamos que el culpable sufre arrepentimiento. No nos damos cuenta de que estos obstáculos (o personas) vienen por orden del Todopoderoso con lecciones explícitas para nosotros. Al igual que el jinete de la historia, podemos encontrar la manera de superar la mayoría de los obstáculos, pero justo cuando estamos a punto de superar el problema, retrocedemos y abusamos de su causa. Esto puede ser placentero para el ego malvado, pero a Krishna le duele verlo, especialmente cuando esta pelea ocurre entre dos o más de Sus devotos. La persona que emprende su viaje hacia Krishna nunca podrá hacerle justicia si alberga sentimientos odiosos en su corazón contra alguien. Un solo mal pensamiento tiene el poder de hacernos perder el foco de nuestra meta y canalizar toda nuestra energía en el ridículo. Este abuso, ya sea físico, verbal o mental, es perjudicial para la vida espiritual. Y no siempre tenemos una segunda oportunidad. Unos momentos de malestar hacia alguien hicieron que el motociclista perdiera el equilibrio.Su Santidad Radhanatha Swami dijo en una conferencia: “Cuando perdonamos a alguien por las injusticias cometidas contra nosotros, nos liberamos del veneno de esa negatividad que está dentro de nuestro propio corazón”.

PERDONAR Y OLVIDAR: NO ES SEÑAL DE DEBILIDAD

Cualquier circunstancia de este tipo puede recordar a Maharaja Prithu. Estaba a punto de comenzar el sacrificio del centésimo caballo, cuyo final marcaría el final de un ashvamedha yajna exitoso. Pero Indra, enfrentado a esta acción fruitiva tan poderosa, no pudo tolerar el sacrificio de Prithu. En un ataque de envidia y sin que nadie lo viera, robó el animal de sacrificio cuando el hijo de Vena estaba realizando el último sacrificio de caballo destinado a complacer al Señor de todos los sacrificios. El rey Indra confundió religión con irreligión. (El Srimad Bhagavatam, Canto 4, Capítulo 20) dice: “El favor más inteligente hacia los demás en este mundo, de Dios o del hombre, pertenece a los mejores seres humanos; nunca recurren a la malicia en relación con otros seres vivos, ya que nunca olvidan el alma dentro de este vehículo del tiempo”. Pero Maharaja Prithu, por su gran compasión, decidió retirarse y terminó la ceremonia antes de poder completarla. Al hacer esto, complació inmensamente al Señor Visnu. El Señor dijo: “Mi querido rey, estoy muy cautivado por tus elevadas cualidades y tu excelente comportamiento, y por eso me siento muy favorablemente inclinado hacia ti. Por lo tanto, puedes pedirme cualquier bendición que desees. Aquel que no posee cualidades y comportamiento elevados no puede lograr Mi favor simplemente mediante la ejecución de sacrificios, austeridades severas o yoga místico. Pero Yo siempre permanezco equilibrado en el corazón de aquel que también está equilibrado en todas las circunstancias”. (Bhagavatam 4.20.16)Al parecer, Maharaja Prithu perdió mucho. ¿Cuántos de nosotros tenemos el valor de rechazar el prestigioso puesto de Indra? “Es fácil rechazar algo cuando no se nos ofrece”, dijo una vez Su Santidad Radhanatha Swami. Pero, ¿realmente estaríamos perdiendo algo si somos capaces de complacer al Señor como parte de nuestro sacrificio? Indra tuvo que completar cien sacrificios de caballos para ganarse su posición, pero Maharaja Prithu, en su ejecución de solo noventa y nueve, no solo ganó el corazón del Señor Supremo Sri Krishna, sino que se le ofreció cualquier bendición que deseara. ¿Qué fue lo que agradó tanto al Señor que estuvo dispuesto a aparecerse ante Prithu? Estaba dispuesto a perdonar a Indra su envidia al robar el caballo del sacrificio. Tal es la grandeza del perdón.Perdonar y olvidar siempre me pareció algo que los perdedores hacen por debilidad. Luego me di cuenta de que perdonar y olvidar es precisamente lo que los perdedores no hacen. Eso es lo que los convierte en perdedores. Rashi Parikh es un diseñador gráfico independiente y vive en Mumbai.

Fuente: https://www.backtogodhead.in/