
Cuando ISKCON adquirió el templo al principio no había ningún lugar para cocinar, así que cocinábamos en el Sri Mayapur Chandrodaya Mandir y el pujari la llevaría en una caja de tiffin hasta el Jagannatha Mandir en bicicleta. Un día después de hacer el plato raja-bhoga, él se dio cuenta que se había olvidado de traer hojas de tulasi. En esa época el viejo templo se encontraba en ruinas. La puertas no se podían cerrar adecuadamente. Por lo tanto el pensó para sí mismo, “Si yo voy y recojo a Tulasi entonces tal vez unos niños entren o peor aun un perro. Él se encontraba en un dilema: que hacer? Pero viendo que era la hora de que el señor comiera, él le dijo al señor Jagannatha, “” querido señor, yo se que tu dices que tu no aceptas ninguna ofrenda de comida si no tienen tulasi, pero por favor comprende esta situación y aceptala de todas maneras.” Entonces él hizo la ofrenda al señor Jagannatha y salio a cantar el Gayatri mantra. Cuando llego el momento de realizar el arati, el abrió las puertas y estaba a punto de retirar el plato de prasadam, cuando para su gran sorpresa él vio una rama de hojas de tulasi de diez pulgadas saliendo del arroz! Jagannatha Swami ki jay! Tulasi maharani ki jaya!
